Recientemente estuve en un taller de Autorización, Biodescodificación y PNL. Una experiencia algo corta, pero demasiado buena. Mi coach dijo está frase: “Haré lo que tenga que hacer”.
Cuando interiorizamos está idea, podemos empezar a resolver nuestros problemas. Lo primero de todo es tomar responsabilidades y hacer lo necesario para resolverlo. (Si el problema es económico, tampoco es que vas a robar un banco).
tal vez estás pensando “ah, sí. Muy linda la teoría”. Pero, en la práctica, ¿cómo nos va? O ¿cómo me ha ido? Bueno, allí es dónde entra el pragmatismo del cuál hablamos ayer. No sirve de nada llorar sobre la leche derramada. Tenemos que estar en el presente. Lo hecho, hecho está. Entonces, hay que buscarle solución, por más pequeña que sea. Hay que avanzar.
¿No te gusta algo? Bueno, trata de mejorarlo, ¿Necesitas dinero? Busca vías o ayudas para producir más dinero. Y así podría nombrarte un montón de ejemplos más. Pero me centraré en uno personal y reciente. Hay días que me ha costado mucho escribir, cómo hay otros que fluyen las palabras de manera hermosa. Hoy fue uno de esos en que el disco duro se trabó. Pero dije: tengo que hacerlo. Me senté en un rincón del taller mecánico dónde estuve, coloque música clásica y dejé que mi mente me fuese trayendo palabra a palabra… y así fue llegando la magia.
Nos puede parecer un ejemplo tonto o insignificante, si lo comparamos con pagar una deuda, emigrar o bajar de peso.
Vivimos en un mundo en constante movimiento. De hecho, el mundo siempre está girando. No esperemos que si nos mantenemos inmóviles, encontraremos la solución a lo que necesitamos. Siempre se puede mejorar algo (o empeorar, pero hacia allá no va nuestro enfoque)
Claro, no a todos nos toca hacer lo mismo. Pero todos sí tenemos que hacer algo para obtener lo que queremos y eso es simplemente “hacer lo que tenemos que hacer».
Mariano Olivares
2024, 31 de enero.
«La clave no es priorizar lo que está en tu agenda,
sino agendar tus prioridades.»
Stephen R. Covey