Todos recordamos la canción Salí con tu mujer, dónde Don Omar admite haberse acostado con la mujer de Romeo y se arma aquella telenovela.

Yo un día quise ser Don Omar y salir con la expareja de un conocido, en aquel tiempo “amigo”. De por si eso fue algo que mi ex esposa descubrió y bueno, ya sabemos cómo acabó esa historia. Debo admitir que en este punto es una especie de terapia para mí hablar de ello.

En su momento le conté a mi conocido “yo intenté esto”. Al principio solo le dió risa, luego me mandó un testamento con insultos subliminales, por así decirlo. Entendí su mensaje, que al final ni respondí.

Ahora seguro se preguntan si esto se volvió Caso Cerrado escrito. No, solo estoy abriendo algo que debería darme vergüenza y dejarlo ir. Para mí mantenerlo encerrado no me ayuda en nada. Decirlo tampoco, solamente es aceptar algo que estuvo mal y trabajar en ello para mejorarlo. Las razones que descubrí de dónde vienen esos patrones son muy extensas, solo que aceptar esta situación me ayudó a combatirlos y tratar de erradicarlos.

Mi amiga Francis me decía “te mato si cuentas algo de mí”, a su edad ya de adulto joven, aún se preocupa mucho por el que dirán, es algo que a veces nos limita en cierto punto. Pareciera que a veces hay que demostrar que somos perfectos y perfecto solo Dios (al menos para mí). Otro día les habló más de Francis, merece como unos tres artículos

Por eso es que cuento esto sin ningún problema, soy un ser más con muchos defectos, muchos que desconozco, pero los que conozco, trato de trabajar para mejorar y no llamarlos más defectos. 

De nada sirve reconocer y en ciertos casos avergonzarnos de algunas situaciones, si no vamos a sacar lo mejor de ese momento, que es simplemente: aprender y mejorar.

“El enojo, el orgullo y la competencia son nuestros verdaderos enemigos”

Dalai Lama.

Mariano Olivares 

2024, 17 de febrero. 

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