Hace un tiempo atrás, me gustaba mucho andar en patines en línea. Por aquellos días, te transformabas en “la sensación del bloque” si lograbas hacer un giro 180°. Ahora, si conseguías uno de 360°, te convertías en “movie star” de manera instantánea. 

Cuando estamos aprendiendo a hacer estos “trucos”, muchas veces podemos caer y lastimarnos. También podemos quedar de pie pero no completar todo el giro. O simplemente no intentarlo por algún miedo que tengamos.

Solemos escuchar “y su vida dio un giro de 360°”. Ahora bien, a menos que estemos patinando o practicando cualquier deporte extremo, dar un giro de 360° no tiene mucho sentido, simplemente porqué quedamos en el mismo lugar. En cambio, si damos un giro de 180°, allí si estamos en una situación diferente. Sólo te menciono esto para que tengas cuidado al hacer estas referencias.

Tanto en la vida, como cuando patinamos, dar un giro de 180° a veces nos puede dar miedo. Ya sea porque podemos caer o por no saber cómo hacerlo. 

En esos casos, sólo nos toca ser resistentes y seguir una y otra vez, hasta que logremos quedar dónde queremos. Podemos caer, tambalear, girar de más, pero con perseverancia, podemos girar hasta donde realmente deseamos.

Aunque 360°, en algunos casos, resultan visiblemente espectaculares, terminar en el mismo sitio no siempre nos sirve, así luzca mejor para otros. Un giro de 180° tal vez no se vea impresionante para los demás, pero puede ser lo que necesitamos, lo que buscamos y además, sentire espectacular para nosotros.

«Lo más importante es mantener lo más importante, como lo más importante.»

Stephen R. Covey

Mariano Olivares 

2024, 07 de Abril.

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