Ese es el pensamiento que me dijo mi lado débil, el impostor de mi cerebro, al no escribir un día.
Lo llamo débil para que él entienda que no volveremos a malos hábitos de dejar las cosas a la mitad. Tampoco me interesa ponerle una medida a esto de escribir.
Este proceso de escribir es interesante, a veces difícil, porque la creatividad o las ideas no siempre llegan rápidamente. Aunque nuestras vidas tienen muchas historias por contar.
A pesar de todo, si algo ha sido este proceso es gratificante. Aunque por momentos, no lo parece.
No todos los que leen esto les parece interesante, algunos lo han dejado de leer. De igual forma, yo continúo y continuaré.
Lo que me motiva a continuar es que recibo el feedback de algunas personas. A muchos les ha gustado, otros dan su opinión para mejorar y a otros les ha tocado los sentimientos.
Tenemos que mantenernos centrados en lo que queremos, solemos perder el foco, pero solo toca ajustar nuevamente y seguir.
Siempre tendremos bajones, solo debemos recordar por dónde bajamos y usar esa referencia para volver a subir.
No desistamos porque las cosas parecen que no dan resultados. Con lo que hacemos podemos estar cambiando la vida de alguien, pero lo más importante, es que podemos estar cambiando la nuestra.
Y recuerda como dijo Gandhi: “No hay que apagar la luz del otro para lograr que brille la nuestra”
Mariano Olivares
2024, 06 de febrero.