Mayormente cuando me acuesto a dormir, trato de tener mi momento de oración. Casi todos los días tengo el mismo diálogo con “The big boss diosito».

Orar es algo que he ido incorporando más en mí día a día, un hábito que me fue inculcado por mi exesposa. Yo en mis oraciones agradezco por lo que tengo, por las enseñanzas diarias y un montón de cosas más.

Para mí no es un tema de religión, yo lo veo más como un tema de agradecimiento con algo superior, con el universo, con la materia, con lo que tu quieras. Es algo más espiritual. Si para ti estamos aquí de la nada, pues está bien, es tu punto de vista.

Así como suelo ser agradecido, también suelo tener algunas peticiones, aunque en realidad lo que más suelo pedir es sabiduría, que para mí es la base de todo.

Necesitamos sabiduría para saber cómo afrontar temas de salud, finanzas, familiares. En resumen, para todo en la vida. Muchas veces no nos damos cuenta que ya tenemos las enseñanzas de Dios y el universo en frente de nosotros.

Todos sabemos que si actuamos de cierta manera, puede traernos consecuencias negativas. Entonces, si ya lo sabemos ¿por qué seguimos cayendo en esos círculos viciosos?

Dios, la materia, en lo que tú quieres creer, nos da las herramientas para nuestro día a día a través del conocimiento, es decir, a través de la sabiduría. Nosotros sabemos que nos hace mal y en consecuencia las cosas que tenemos que hacer para mejorar

Entonces, ¿para qué orar si tenemos las herramientas y nos vamos por el lado que no es el de la sabiduría? No culpemos al universo cuando no tengamos salud, cuando nos falte el dinero, si nos fue mal en el amor, etc. Seamos responsables de nuestras acciones y no esperemos que las cosas vayan mal para pedir por algo, que siempre Dios nos ha dado las respuestas.

Y como dijo Goethe “No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.”

Mariano Olivares

2024, 20 de febrero.

3 respuestas

  1. Yo todos los días doy gracias a Dios por el día vivido, gracias por la salud, la fortaleza y la protección, a mí y a mis seres queridos y que el gran tejido universal se mantenga, porque cada punto es importante estamos unidos, todos y cada uno, gracias papito mi Dios.

  2. En síntesis, al tonto ni Dios lo quiere! Y si amigo, en lo personal, entrenar la mente y mantenerla conectada al cuerpo y alma es el ejercicio espiritual por excelencia. La mejor «religión» que podemos practicar es creer en nosotros mismos, amarnos a nosotros mismos antes de que nada, y tomar el control de nuestra vida sin que nada ni nadie más lo haga y siendo responsables de lo que nos pasa (te estoy dando la pista de quien debe ser ese ser supremo en nuestras vidas), y ser buena persona.

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