Ayer tuve uno de esos viajes que llaman la atención. Esta vez la historia no era del usuario, si no del lugar de donde esta persona venía. Durante este capítulo, a la clienta-protagonista la llamaremos Karina, y el relato se centrará por momentos en otro personaje, a quien llamaremos Fabio.

A Karina la recogí en una funeraria. Cuando llegué al lugar, había una gran cantidad de personas en la parte exterior y el ambiente en el sitio no era como el de un funeral. De hecho, era bastante alegre.

Luego de unos minutos de recorrido, le pregunté a Karina si había alguna reunión de algo, porque había llamado mi atención la cantidad de gente presente en el lugar. Me dijo que era el funeral de un amigo. Me disculpé y le di el pésame. Le comento que el ambiente se veía bastante alegre y que noté que casi todos tenían camisas de un equipo de fútbol.

Karina me cuenta que Fabio era una persona muy alegre, muy querida y un gran fanático del Saprissa F.C. Por eso todos estaban con camisas del «Morado”, hasta sus tíos “liguistas» (mote con el que se conoce a los fanáticos de la Liga Deportiva Alajuelense, archirival del Saprissa en el fútbol costarricense. Guardando las distancias, un choque entre estos dos equipos es como un Real Madrid y Barcelona).  Vaya impacto tuvo Fabio en la vida de sus tíos, que hasta ellos usaron camisas de su gran rival solo para rendirle homenaje. 

El ambiente era de relativa alegría, porque los padres de Fabio hablaron con todos, diciéndoles que él era alegre, que no le hubiera gustado ver a gente llorando en su funeral.

En la breve historia que Karina pudo contarme de Fabio, entendí que fue alguien que siempre estaba dispuesto ayudar a los demás y era una persona que le agarrabas afecto “porque sí”. 

Fabio murió de un ataque al corazón a sus cortos 27 años. Dejó una gran enseñanza a todos sus amigos y a ti también, si así lo quieres. 

Todos tenemos nuestros problemas y dificultades, pero hay que hacer lo posible para que nuestro tiempo sea de calidad. A veces cuesta, es difícil, pero sí podemos. Y el buen trato hacía los demás puede ser fundamental en ello.

Hoy cierro con una parte de la canción Y la felicidad que de Canserbero:

“La vida es un parpadeo

Donde la meta es ser feliz, al menos así yo lo veo

Nos preocupamos por estupideces y olvidamos

Que al morir solo llevamos lo que disfrutamos”

PD: Haz el bien sin mirar a quien.

Mariano Olivares.

2024, 12 de febrero.

4 respuestas

  1. Linda tu obra de hacer extensiva el mensaje de Fabio, de mantener siempre la alegria
    a pesar del momento.
    Pero he aprendido que el dolor también enseña y sin sombra no hay luz. (como la canción de la Ley).
    Tengo días pensando algo que me dijeron una vez: nadie recuerda tus palabras y casi ni siquiera tus acciones solo recordarán COMO LOS HICISTE SENTIR.

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