Hace poco recibí de mi amigo Javier unos buenos consejos, cosas que ya sabía pero de las que no siempre tengo consciencia. Nosotros ya tenemos muchas respuestas, solo que a veces las obviamos o necesitamos una guía para llegar a ellas.
Todos sabemos que el lugar seguro, nuestra zona de confort, puede ser lo que más nos frena en está vida. Javie me hablaba de ello, ayudándome a ver desde otra perspectiva el fin de mi matrimonio.
Esta conversación, que duró un buen rato después de una linda noche de ultimate, no hubiera sido posible si el tema de la separación de nuestra empresa no lo hubiésemos cerrado.
Imaginemos un ciclo como una especie de círculo, la línea de dicha forma puede empezar desde arriba o desde abajo, aunque en la vida muchas cosas son cuestión de perspectiva, algo así como el vaso medio lleno o medio vacío.
Mientras la línea, en este caso la circunferencia de nuestro ciclo, hace su recorrido, a veces es necesario dejarla abierta más tiempo para que salgan cosas que están dentro o por el contrario, cerrar el círculo antes de que entre basura o cosas que no queremos.
Todo cumple un ciclo, algunos más cortos u otros muy largos. Cualquiera que sea el caso, cuando toca cerrarlos hay que hacerlo. El cerrarlos puede permitirnos que nazca otro ciclo mucho mejor al que ya cerramos, y aunque no siempre sea así, no podemos andar con miedo a ponerle fin a las cosas.
“Nunca pierdas la fe, los mejores comienzos vienen después de los peores finales”
Bob Marley
Mariano Olivares
2024, 29 de febrero.
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Para mi la vida es un ciclo y adentro muchos ciclos más, de familia, de amores, de enfermedad, de matrimonio (s) de despedidas… Lo mejor siempre está por venir y como dice un amigo hay que seguir, seguir y seguir