Es verdad, dependiendo de cómo tomes estas lecturas. Yo no soy un maestro, un coach o un guía de crecimiento personal. Solo soy uno más que comparte sus pensamientos y vivencias. Muchos de esos pensamientos ya los has tenido, yo nada más estoy sacándolos a la luz con una especie de pinza.

La perfección no existe. Si eres creyente de algún tipo de religión, sabrás que lo único cercano a la perfección es Dios. Pero, ¿qué sentido tiene la perfección, Dios, y todo lo que haces? Sencillamente que en la búsqueda de esa perfección nos cerramos a las enseñanzas que nos presenta la vida día a día. Ejemplo: las líneas diarias que traigo para ti.

Pero saquemos a Mariano de la ecuación. Ya dijimos que no soy tu nuevo coach, maestro o, como me dice mi amigo Javier haciéndome “bullying” y quiere que le dé una opinión “seria”: “gurú”.

Nuestro día a día puede tener el tránsito de distintas personas. En mi caso, un montón grande y variado, ya que soy chofer de Didi (Uber). En tu caso puede ser la familia, o cómo me ocurre a mí, un flujo variopinto y diferente.

Sea cual sea tu caso, con cada persona que se presenta la oportunidad, puedes aprender algo. Así sea un bebé, un niño pequeño o un adulto mayor. ¿Cómo que no se puede?

Yo solía ser una persona que se despertaba muchas veces amargado, de mal genio. Cuando emigré vino la parte de tener roomates y, en ese momento, conocí gente que su nivel de amargura era mayor al mío. La enseñanza acá no es que hay gente que está peor que nosotros (bueno, eso depende por donde lo queramos ver). Para mí, fue entender lo que puedo generar yo en otras personas con esa actitudes y de allí aprender a tomar acciones diferentes, evitando yo dar ese trato que a mí no me gustaba recibir. 

Sí, eso fue un ejemplo, digamos “romántico” y simple, que tuvo su última lección hace menos de tres meses. Esta vez no con un roomate, si no con un amigo. (Todavía no toca hablar de lo que fue el aprendizaje que me dejó mi divorcio).

Si seguimos esperando que las enseñanzas y consejos tienen que venir de un super coach, o peor aún, que no las necesitamos, perdemos la oportunidad de aprender, así sea del señor que nos vende frutas. Porque sus vivencias pueden ser muy diferentes a las nuestras y allí hay una mina de oro de cosas para aprender. De allí nace la frase: “No siempre los mejores técnicos han sido grandes deportistas, a veces quien menos te lo esperas puede guiarte y enseñarte en el juego de la vida”.

Mañana sí estaré por acá. ¿De qué hablaremos? No te diŕe, pero sé que te va a gustar.

Ah, por supuesto, la frase del día:

«Todas las batallas en la vida sirven  para enseñarnos algo, inclusive aquellas que perdemos».

Lao Tzu

Mariano Olivares

2024, 27 de Enero.

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